- mirar al principio, en juegos, gana a tu chico de hetalia -

Estabas jugando, nada iba en serio. Era divertido plantear retos a los hermanos Italia pues parecían tener mucho respeto a las mujeres.

Cuando Feliciano cayó encima tuya, teniendo ambos cuerpos juntos, alzó al cabeza y te miró con gesto de duda, apoyando las manos en el sillón. No le dio tiempo si quiera a parpadear porque una furia celosa se abalanzó encima de vosotros.

- ¡AHH, maldito hermano, con qué te la quieres llevar tú, ¿no?!-gritaba Romano apartando el cuerpo de Feliciano de encima tuya.

Eso provocó que cayeseis del sillón chocando estrepitosamente contra el suelo. Sentiste el peso de Feliciano y Romano sobre ti y no pudiste evitar jadear del dolor. Magullada, te quedaste allí indispuesta mientras estos se empujaban intentando apartar al otro de ti.

Al final uno te cogió del hombro, y el otro imitó el acto y por unos segundos lo único que hiciste fue restregarte por el suelo de un lado a otro llevada por los estirones.

- ¡Ah, pero quería estar conmigo!-bramaba Feliciano en tono tristón.- ¡no es justo!
- ¡No, quiere estar conmigo!

Los dos discutiendo delante de ti, o mejor dicho, sobre ti, de esa manera, te provocó esbozar una sonrisa y segundos más tarde una carcajada. Te miraron al escucharte y tú te tapaste la boca con ojos como platos al ver el enojo en sus rostros.

- ¿con qué te hace gracia, no?-argumentó Romano ensanchando poco a poco una media sonrisa malvada.

Ya entonces fue cuando dejaste de saber que tramaban. Ambos se miraron y Feliciano al ver la facción de su hermano también sonrió de la misma manera. Luego…

Se echaron sobre ti y empezaron a hacerte cosquillas. Así comenzaron, hurgando en zonas como el estómago o las axilas, pero luego entre las risas de todos y la emoción tú amarraste del cuello de la camisa de uno y dejándoos llevar por el instinto y el deseo, sin ser consciente de vuestras acciones, vuestros labios chocaron. El otro, celoso, no pudo evitar separaros y tomar la iniciativa de besarte, como si quisiera demostrar que él era mejor.

Parecía una batalla entre los tres donde tú jugabas tramposamente en los dos bandos. Aprovechaste bien y no se te escapó ninguna pues con disimulo, entre risas, ibas desabrochando los botones que veías por delante. Ellos se molestaban entre sí, estirándose del rulo o de la camisa, para facilitar así su victoria.

Bueno, demostrando quién es mejor en ciertas “cosas” se pueden provocar muchos incidentes divertidos. Felicidades, te quedas jugando con los hermanos Italia haciendo, ejem… : D No sé, quién sabe.

(Clickea SUR para la sorpresa 1, clickea NORTE para la sorpresa 2
Clickea SURNORTE para ver una juntos : D )